Todo indica que no solo el hijo menor de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ovidio, sino que su hermano mayor, Iván Archivaldo Guzmán, fue también capturado y liberado en el operativo que terminó en una batalla campal en Culiacán, Sinaloa, que dejó varios muertos.
El hermano mayor de Ovidio fue liberado a poco de ser capturado, por lo que pudo organizar la violenta respuesta de sus sicarios contra las fuerzas de seguridad que llegaron a la capital del estado de Sinaloa.
Ambos hijos del narcotraficante, preso en Colorado, EEUU, fueron dejados en libertad en el marco del plan del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien enfoca la estrategia contra el narco bajo el lema “abrazos, no balazos”.
La batalla que paralizó el jueves pasado por algunas horas a Culiacán, la capital del estado norteño de Sinaloa, fue resultado de una operación deficiente y precipitada.
Fue el tercer tiroteo en menos de una semana entre las fuerzas de seguridad y miembros del crimen organizado, lo cual ha hecho cuestionarse a algunos sobre si en realidad funciona la estrategia del presidente López Obrador de evitar el uso de la fuerza y dedicar su atención a temas sociales.
Teresa Mercado, quien el jueves había vuelto a su natal Culiacán, no podía creer lo sucedido. “Esto es peor que lo que había vivido en años pasados”.
Las autoridades dijeron que 35 soldados y miembros de la Guardia Nacional llegaron a una casa la tarde del jueves para detener con fines de extradición a Estados Unidos a Ovidio Guzmán López.
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Sin embargo, mientras esperaban una orden de cateo, fueron atacados desde la vivienda. Entonces entraron y encontraron al hijo de “El Chapo” y otras tres personas no identificadas.
Presuntos miembros del cártel de Sinaloa, que por años lideró “El Chapo”, rodearon la casa e iniciaron tiroteos en distintos puntos de Culiacán.
Algunos tomaron el control de las casetas de acceso en algunas carreteras que llevan a la ciudad, mientras hombres con armas de alto calibre bloqueaban diversos cruces.
En medio del caos, reos de una prisión estatal se apoderaron de las armas de los guardias y huyeron.
En total 56 presos escaparon, 49 de los cuales seguían libres el viernes, según el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda. Dos guardias fueron tomados como rehenes, aunque posteriormente quedaron libres.
Los expertos coinciden en que las riendas del cártel, que sigue operando a pesar del encarcelamiento de su líder, están en manos de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador de la organización criminal hace tres décadas, y de dos de los hijos de El Chapo, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán.
A este último, Estados Unidos lo acusa de tráfico de drogas en Chicago y fue secuestrado por el Cártel Jalisco Nueva Generación en 2016 en lo que los expertos consideraron un intento de esta organización por entrar en Sinaloa.