ADVETENCIA: El contenido de esta historia puede ser perturbador para algunas personas, por favor ten esto en cuenta si decides leerla.
SAN DIEGO - Un hombre de Santa Bárbara llevó a sus dos hijos pequeños a Rosarito, México, donde les disparó una lanza de pesca en el pecho y los dejó morir en un rancho a 35 millas al sur de la frontera entre Estados Unidos y México, según una denuncia penal presentada por las autoridades federales el miércoles.
Matthew Taylor Coleman, de 40 años, fue acusado de asesinato de ciudadanos estadounidenses en el extranjero. Las víctimas son sus propios hijos, una niña de 10 meses y un niño de 2 años, cuyos cuerpos sin vida fueron descubiertos el lunes por la mañana con decenas de heridas en una propiedad de Rancho Del Descanso, en una comunidad agrícola a unas 35 millas al sur de la frontera, según las autoridades mexicanas.
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Coleman, quien opera una escuela de surf en Santa Bárbara y tiene una maestría en español, está programado para ser procesado en Los Ángeles el miércoles por la tarde.
Coleman y sus dos hijos fueron reportados como desaparecidos en Santa Bárbara el sábado por su esposa, quien estaba preocupada porque había planeado ir de campamento en familia, pero no creía que sus hijos estuvieran en peligro, según la denuncia.
PISTA CLAVE: VOLVIÓ AL HOTEL SIN SUS HIJOS
California
Al día siguiente, las autoridades de Santa Bárbara descubrieron que Coleman y los niños estaban en México. El FBI alertó a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para que estuvieran al tanto de Coleman y los menores, según la denuncia.
Coleman fue visto en un video de vigilancia con sus dos hijos registrándose en el hotel City Express Rosarito, a 20 millas al sur del puerto de entrada de San Ysidro el sábado, informó la Fiscalía General de Baja California.
El lunes, aproximadamente a las 3 a.m., se vio a Coleman saliendo del hotel con sus dos hijos. Regresó horas después sin ellos. Luego, se marchó del hotel, informó la Fiscalía General de Baja California el lunes.
Coleman fue detenido en el puerto de entrada de San Ysidro al sur de San Diego alrededor de la 1 p.m. el lunes. Según la denuncia, Coleman confesó los asesinatos en una entrevista grabada en la frontera.
POSIBLE MOTIVO DEL MACABRO CRIMEN
"Coleman dijo que creía que sus hijos iban a convertirse en monstruos, así que tuvo que matarlos" y que las teorías de conspiración lo llevaron a creer que su esposa había transmitido su "ADN de serpiente" a los niños, decía la denuncia.
En la confesión, Coleman admitió haber usado una lanza de pesca para matar a sus hijos. Dijo a las autoridades dónde estaban ubicados sus cuerpos, lo que coincidía con el lugar donde se encontraron los dos cadáveres, de acuerdo con las autoridades.
Los investigadores revelaron que Coleman hizo referencia a teorías de conspiración en su confesión.
"Se le preguntó si sabía que lo que hizo estuvo mal. Coleman dijo que sabía que estaba mal, pero que era el único curso de acción que salvaría al mundo", decía la denuncia.
Cámaras de seguridad captaron el momento en que el sospechoso habría ingresado a un hotel en Rosarito con sus dos hijos, para luego abandonar el lugar sin ellos.
CRONOLOGÍA DEL CRIMEN
El domingo 7 de agosto la policía de Santa Barbara recibió el reporte de desaparición del padre y los hijos de la madre de los pequeños.
El 8 de agosto la policía contactó nuevamente a la mujer para saber si había tenido noticias. Al responder que no, el agente le dijo que si podía usar la aplicación ‘find my phone” y ver donde estaba el dispositivo de su esposo. Al hacerlo, descubrieron que estaba en Rosarito, México.
De acuerdo con la investigación de la fiscalía General de Baja California, el 7 de agosto a las 8:00 p.m., las cámaras de vigilancia de un hotel de Rosarito grabaron la entrada de un hombre descrito por la fiscalía como de rasgos caucásicos con dos menores de edad.
El 9 de agosto casi a las 3:00 a.m. la misma persona, identificada con sus dos nombres Matthew Taylor, con permiso de conducir emitido por California, salió del hotel con maletas y los niños. Cuatro horas después regresó al hotel sin los niños.
Y a las 7:27 a.m. la policía de Rosarito recibió una llamada al 9-1-1 que habían encontraron dos menores muertos en Rancho el Descanso con evidentes signos de violencia.
A las 9:33 a.m. el hombre abandonó el hotel.
A la 1 p.m. Matthew Taylor Coleman intentó cruzar de regreso a Estados Unidos en su furgoneta por el puerto de entrada de San Ysidro sin los niños, por lo cual los agente de CBP que ya habían sido conectados por el FBI se comunicaron con la policía de Rosarito y se enteraron del hallazgo de los cuerpos de dos menores que coincidían con la descripción emitida por el FBI.
Coleman fue conducido a un cuarto de interrogatorios, donde rechazó sus derechos Miranda y confesó el asesinato de sus hijos.
Según consta en el documento de corte, Coleman alegó que, en el área de Rancho del Cielo en Rosarito, orilló su vehículo a las 5 a.m. del 9 de agosto, y mató a sus hijos disparándoles con un arpón de pesca. Luego movió sus cuerpos hacía unos arbustos, y después se deshizo del arma homicida y ropas ensangrentadas.
En la madrugada del 10 de agosto Coleman fue transportado desde el puerto de entrada de San Ysidro hasta la cárcel de Santa Ana. Y durante el proceso de admisión, un guardia le pregunto que le había sucedido en la mano, y Coleman, según consta en la declaración jurada contesto: “me lo hice hiriendo a mis hijos”.
El acusado de la muerte de sus dos hijos es inocente hasta que un jurado pruebe lo contrario.