WASHINGTON DC — La Casa Blanca defendió el lunes el derribo de tres objetos no identificados en el mismo número de días, aun cuando reconoció que las autoridades no tenían indicios de que dichos objetos estuvieran destinados al espionaje, como sí lo estaba el globo chino que atravesó el espacio aéreo estadounidense a gran altitud a principios de este mes.
Los tres objetos, incluido uno que fue derribado el domingo sobre el lago Hurón, viajaban a una altitud tan baja que suponían un riesgo para el tráfico aéreo civil, declaró el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. Aunque el gobierno de Biden aún no tiene pruebas de que estuvieran equipados con fines de espionaje —o que incluso pertenecieran a China_, los funcionarios no lo han descartado, dijo.
“Estas fueron decisiones basadas pura y simplemente en lo más conveniente para el pueblo estadounidense”, afirmó Kirby.
La sucesión de objetos de las últimas semanas, empezando por un gran globo blanco detectado por primera vez sobre el cielo estadounidense a finales de enero, ha desconcertado a las autoridades estadounidenses y cautivado a personas de todo el mundo. Aunque los tres objetos más recientes eran distintos en tamaño, maniobrabilidad y otras características al globo espía derribado el 4 de febrero frente a la costa de Carolina del Sur, las autoridades decidieron eliminarlos, acciones que funcionarios del Pentágono creen que no tienen precedentes en tiempos de paz.
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“Debido a que no hemos sido capaces de evaluar definitivamente qué son estos objetos más recientes, actuamos con exceso de precaución”, señaló Kirby.
Una posibilidad que Estados Unidos ha podido descartar, dijeron el lunes los funcionarios, es cualquier conexión con actividad extraterrestre.
Otros países occidentales también están tratando de evaluar la oleada de incidentes. El primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo el lunes que el gobierno haría “lo que fuera necesario” para proteger al país mientras anunciaba una revisión de la seguridad. Y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló que “hay algún tipo de patrón” en el globo y otros tres objetos.
Por su parte, China alegó que más de 10 globos estadounidenses han volado a gran altitud en su espacio aéreo durante el último año sin su permiso. Los funcionarios estadounidenses han negado enérgicamente la afirmación, y Kirby aseveró el lunes que “no estamos enviando globos espía sobre China”.
La acusación china se produjo días después de que Estados Unidos derribara un presunto globo espía chino que había cruzado desde Alaska hasta Carolina del Sur, lo que desencadenó una nueva crisis en las relaciones bilaterales, las cuales han caído a su nivel más bajo en décadas. El incidente hizo que el secretario de Estado, Antony Blinken, cancelara una visita prevista a China.
El último de los tres objetos fue derribado el domingo sobre el lago Hurón, tras haber sido detectado un día antes sobre Montana.
El viernes, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, la organización combinada de Estados Unidos y Canadá conocida como NORAD que se encarga de la defensa compartida del espacio aéreo sobre las dos naciones, detectó y derribó un objeto cerca de la poco poblada Deadhorse, en Alaska.
Esa misma noche, el NORAD detectó un segundo objeto que volaba a gran altura sobre Alaska, según informaron las autoridades estadounidenses. El sábado cruzó el espacio aéreo canadiense y se encontraba sobre Yukón, un territorio remoto, cuando Trudeau ordenó su derribo.
En ambos incidentes, los objetos volaban a unos 40,000 pies (12,000 metros). El objeto del domingo volaba a unos 20,000 pies (6,000 metros).
Ninguno de los tres objetos más recientes ha sido recuperado, informó el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin a periodistas en Bruselas, donde tiene previsto asistir a una reunión de ministros de defensa de la OTAN esta semana.
Austin dijo que el clima ha obstaculizado las tareas de recuperación en Alaska, mientras que en Canadá el objeto fue derribado en una zona muy remota, lo que también obstruía su recuperación. En Alaska, donde el objeto cayó sobre hielo marino, la sensación térmica y los problemas de seguridad “están dictando los plazos de recuperación”, indicó.