SAN DIEGO, California – TELEMUNDO 20 habló con una mujer a la que llamaremos María para proteger su identidad, quien nos cuenta cómo se convirtió en víctima del “matrimonio servil”, uno de los matices de la problemática del tráfico de humanos en nuestra frontera, y cómo gracias a una organización local está reconstruyendo su vida.
“Pensé que América iba a ser bueno”, dice María desde National City sobre el hombre que prometió una vida mejor.
María llegó a Estados Unidos a finales del año pasado con una Visa K, que se les otorga a personas comprometidas para casarse con un estadounidense o residente de EEUU.
Según Melissa Ugarte, directora del Bilateral Safety Corridor Coalition, con la visa logró traerla a EEUU, “pero en realidad lo que hacen es esclavizarla”.
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María pensó que su esposo “era un hombre bueno”, y cuando le ofreció traerla a este país como su esposa era una oferta que no podía rehusar. “Por primera vez en mi vida me iba a divertir”, se imaginó.
Sin embargo, en cuanto pisó suelo estadounidense se encontró bajo su control y sin poder salir a la calle, la obligaba a tener sexo con él y lo que pensó era un sueño rápidamente se convirtió en la pesadilla de un matrimonio servil.
“Estas aquí para hacer de comer, nada que ver con que te amo, y la otra viene aquí pensando está enamorada de él”, describe Ugarte sobre este tipo de abuso.
EEUU
María dice que por un mes vivió un calvario, en un país desconocido, donde apenas hablaba el lenguaje, mientras le ocultaba su sufrimiento a su familia.
“Mentí porque tenía fe en que mi esposo iba a cambiar, yo quería que fuera un buen hombre”.
De acuerdo con Ugarte, las mujeres en estas situaciones no encuentran libertad, se encuentran en un país desconocido, no conocen a nadie y no tienen su propio dinero, “el panorama cambia de un ser super bueno a un monstruo”.
Según María, en diciembre logró escapar de su captor; luego de ir a la policía, pudo ser rescatada por trabajadores de Billateral Safety Corridor Coalition (BSCC), que además le facilita recibir terapia por el “trauma de haber sido engañada y torturada”.
María hoy lucha a diario y se ha puesto como meta ir a la universidad. Espera conseguir esa meta y lograr la vida que quien la engañó le prometió.
María espera que otras personas en su situación se sientan seguras de pedir ayuda.
Las personas en situación similar pueden llamar a la línea de emergencia de BSCC 619 666-2757
Algunas trabajadoras sexuales que se pasean por calles residenciales de National City alegan que terminan en esa situación tras haber sido engañadas en sus países con la idea de que viniendo a Estados Unidos conseguirían el sueño americano, pero al encontrar una pesadilla no tienen otro recurso.
De acuerdo con Ugarte, María tiene grandes posibilidades de salir adelante, ya que fue ella quien tomó la decisión de escapar de su situación y de nunca terminar en calles vendiendo su cuerpo como es el caso de algunas jovencitas.