El fiscal general de Texas, Ken Paxton, aceptó el martes pagar una indemnización de casi $300,000 en un acuerdo para poner fin a una causa criminal por fraude que persigue al republicano desde que asumió el cargo hace casi una década, anunció la fiscalía en un tribunal en Houston.
En menos de tres semanas, Paxton debía comparecer en un juicio que en caso de hallarlo culpable podría condenarlo a prisión.
La causa iniciada en 2015 lo acusaba de defraudar a los inversores de una empresa tecnológica nueva con sede en las cercanías de Dallas.
Bajo el acuerdo, los fiscales especiales de la causa desisten de presentar tres cargos criminales contra Paxton.
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El fiscal general debe compensar plenamente a las víctimas, realizar 100 horas de servicios comunitarios y realizar un curso de 15 horas de ética del derecho.
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Paxton se encontraba en la sala, pero no habló salvo para decirle a la jueza estatal Andrea Beall que había firmado el acuerdo.
De haber sido hallado culpable en juicio, Paxton hubiera podido recibir una pena de cadena perpetua.
El acuerdo con los fiscales, que le permite a Paxton conservar su puesto electivo y su licencia para ejercer la abogacía, significa una enorme victoria legal y política para uno de los procuradores republicanos más prominentes del país.
Hace seis meses, Paxton fue absuelto de cargos de corrupción en un juicio político en el Senado texano.
La resolución de la causa por fraude significa un cambio drástico en la suerte política de Paxton, quien hace apenas un año parecía estar en peligro tanto por la causa criminal como por la amenaza de perder su puesto después que sus principales colaboradores lo denunciaron al FBI.
Paxton no descarta disputarle la banca al senador republicano John Cornyn en 2026.
Sin embargo, sus problemas legales no han desaparecido del todo, ya que una investigación federal indaga en algunas de las acusaciones presentadas en su juicio político.
