A un año de la masacre en Uvalde: ¿hay solución para detener los tiroteos masivos?

A un año de la masacre en Uvalde: ¿hay solución para detener los tiroteos masivos?

Este 24 de mayo se cumple el primer aniversario del tiroteo en la Escuela Primaria en Uvalde.

La violencia armada en Estados Unidos es un acto recurrente y las noticias sobre sospechosos armados abren una herida que no parece sanar. Mientras, autoridades y activistas buscan soluciones, aunque ninguna parece alcanzar el objetivo deseado.

De acuerdo con la organización Gun Violence Archive, un tiroteo masivo está categorizado como un evento en el que cuatro personas o más resultan heridas de bala.

Según la organización, desde el 24 de mayo de 2022, el día que ocurrió la masacre en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, se han registrado 660 tiroteos en Estados Unidos. De esos casos, se han reportado 762 muertos y 2,695 heridos.

Para Nicole Golden, de la organización Gun Sense, la clave para detener estos incidentes violentos está en aprobar medidas a nivel estatal y federal que limiten el acceso a la compra de armas de fuego. Durante la sesión legislativa número 88 en el Capitolio de Texas, se discutieron algunas medidas relacionadas a la masacre en Uvalde, pero la mayoría no pasaron por la Cámara o el Senado.     

La organización Moms Demand Action reveló cifras preocupantes de los tiroteos masivos que han ocurrido en el país en lo que va del año.

Aumentar la edad de compra era uno de nuestros principales objetivos en la sesión y quizás el objetivo principal, pero no el único. Hemos trabajado durante muchos años en numerosas políticas de seguridad de armas que tienen un amplio apoyo público, como verificaciones de antecedentes más estrictas, que requieren una verificación de antecedentes en cada venta y transferencia de armas en el estado para asegurarnos de que las armas no caigan fácilmente en las manos de aquellos con antecedentes documentados y peligrosos”, indicó Golden.

Como en años anteriores, las propuestas de ley no recibieron el apoyo deseado, pese a que la mayoría de los texanos parecen respaldarlas.

El 76% de los votantes apoya "elevar la edad legal para comprar cualquier arma de fuego de 18 a 21 años". Mientras que 20% se opone a la idea.

Encuesta publicada por la Universidad de Texas en Austin

Entre los que se oponen a medidas sobre el acceso a las armas de fuegos es Mike Mihalski, dueño de la armería "Sons of Liberty Gun Works", que asegura que la solución está en trabajar con proyectos que ayuden a mejorar la salud mental en la sociedad.

“Como padre, también tengo preocupaciones. Tengo dos niños pequeños. Mis hijos van al centro comercial. Mis hijos van a la escuela. Mis hijos van a la iglesia y, sabes, tengo las mismas preocupaciones y temores que cualquier otro padre. Solo creo que nuestras soluciones son un poco diferentes. No creo que el control de armas sin sentido vaya arreglar nada”, indicó.

LA SALUD MENTAL Y LOS TIROTEOS MASIVOS

Al igual que Mihalski, el gobernador de Texas, Greg Abbott, señaló tras la masacre en Uvalde que destinaría fondos para atender los problemas de salud mental en la comunidad en un intento por evitar más tragedias.

Apenas llegando al primer aniversario, el 6 de mayo de 2023, un pistolero atacó un centro comercial en Allen, Texas, dejando ocho personas muertas.

¿Están vinculados los problemas de salud mental y los incidentes violentos? La organización Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés) asegura que no es así.

En los pasados días se han registrado varias amenazas en las redes sociales y algunos padres han tomado la decisión de no enviar a sus hijos a la escuela.

“La gran mayoría de la violencia no es perpetrada por personas con enfermedades mentales. Las declaraciones en contrario solo sirven para perpetuar el estigma y distraer la atención de los problemas reales”, dice NAMI.

De acuerdo con NAMI, la gran mayoría de las personas con enfermedades mentales no son violentas y que un mayor riesgo de violencia armada proviene de un historial de violencia, incluidos violencia doméstica, uso de alcohol o drogas ilegales o antecedentes personales de abuso o trauma físico o sexual.

“Necesitamos tener una conversación nacional honesta y productiva sobre todos los factores que influyen en este tipo de violencia y qué podemos hacer para prevenir estas tragedias. Solo entonces podremos encontrar soluciones significativas para proteger a nuestros niños y comunidades”, dice la organización.

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