EAGLE PASS, Texas – El alto flujo de migrantes que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos de manera ilegal tiene a una comunidad del sur de Texas en alerta, pues las autoridades locales aseguran que el problema está afectando a los residentes.
“Ya está fuera de control”, afirmó el alguacil Tom Schmerber, del condado Maverick. “En una colonia violaron a una señora mayor de edad – esa persona era de Honduras. Ya la seguridad es problema también mío no nada más de Inmigración”.
El caso de agresión sexual sería una de las acusaciones más graves sobre crímenes presuntamente cometidos por migrantes indocumentados, pero el alguacil Schmerber añadió que su agencia también ha recibido un gran número de denuncias por daños a la propiedad.
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“Tengo muchas quejas de muchos rancheros, quejas de gente que en los municipios se están metiendo en casas vacías, que están robando y que están haciendo muchos destrozos”.
El condado Maverick, donde se ubica la ciudad de Eagle Pass, está bajo la jurisdicción de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del sector de Del Río y es uno de los puntos más activos de la frontera para el cruce de migrantes indocumentados. En la zona, las persecuciones y detenciones relacionadas al contrabando de personas están a la orden del día.
Ken Paxton, procurador general de Texas, dijo en una rueda de prensa este jueves que la migración ilegal ha aumentado un 300 por ciento en el estado desde que el presidente Joe Biden asumió el poder.
Mientras tanto, este mes de marzo se cumplirá un año desde que el gobernador Greg Abbott implementó la Operación Lone Star, que busca mitigar la crisis migratoria en Texas con la instalación de un muro de acero a lo largo de la frontera y la encarcelación de migrantes por delitos estatales.
