SAN ANTONIO – A una semana de su sorpresiva muerte, los restos del inigualable Emilio Navaira yacen en su eterno lecho.
Desde su velorio en el Freeman Coliseum este domingo, su misa en la Catedral de San Fernando este lunes y hasta su sepultura en el Cementerio San Juan, miles de personas acudieron a despedir al Rey del Rodeo.
Navaira falleció este 16 de mayo en su casa de New Braunfels. El médico forense determinó que sufrió un fulminante ataque al corazón, ya que el 90 por ciento de sus arterias estaban tapadas.
Tanto familiares como fanáticos lloraron al recordar a quien fuera uno de los pioneros de la música tejana.
El arzobispo Gustavo García-Siller ofició la misa antes del sepelio del cantante, haciendo hincapié no sólo en su legado músical sino en su lado humano.
Durante su carrera, Navaira ganó un Grammy Award y un Latin Grammy, ambos por Mejor Album de Música Tejana.
El cantante además incursionó en otros géneros como el country y participó en el escenario con grandes estrellas, incluyendo a Selena Quintanilla y Garth Brooks.
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Navaira se graduó de la preparatoria McCollum de San Antonio y después obtuvo una licenciatura de la Escuela de Música de la Universidad Estatal de Texas en San Marcos.
El artista tuvo cinco hijos y dos matrimonios. A él también le sobreviven su madre, Mary Navaira, sus hermanos y sobrinos.