CASTROVILLE, Texas – Una familia confía en que su fe los salvó del paso de una tormenta que destruyó su hogar en Castroville, comunidad al oeste de San Antonio.
“Es algo feo que se perdió, pero lo material se compone, se compra, pero vidas no”, declaró Yolanda Navarro frente a los escombros de la vivienda destruida.
Y es que Navarro y otros familiares viven en terreno donde tienen varias casas móviles, una de las cuales fue completamente destruida por el mal tiempo que azotó la región este miércoles por la noche y madrugada del jueves.
“Estuvo muy fuerte, los aires, los truenos, estuvo muy fuerte”, explicó Navarro.
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La mujer dijo que, junto a sus siete seres queridos, se refugió en un armario con almohadas y cobijas.
“Agarramos el colchón de la cama, lo pusimos en las ventanas y nos sentamos ahí”, relató Jesús Valván, otro de los familiares.
Mientras afuera parecía que la tormenta acabaría con todo, la familia se aferró a su fe.
“Nos pusimos a rezar y, gracias a Dios, despuesito de eso se comenzó a calmar”, aseguró Navarro.
La señora Navarro dijo que la casa destruida pertenecía a su madre, y la estaban remodelando para venderla.
“A mi se me hace que la casa de mi mamá nos protegió y no perdimos la vida”, precisó Valván.
No obstante, esta familia no es ajena a la tragedia, pues en febrero de 2020 uno de los nietos fue baleado frente a su casa mientras ayudaba a su padrastro a bajar unas bolsas de despesa de un auto.
Elijah Belmares tenía 8 añitos y los doctores no le daban muchas esperanzas de vida, pues el proyectil le entró por el pecho, ronzándole el corazón e impactando varios órganos más.
Sin embargo, luego de estar en coma y ser sometido a 19 cirugías, el niño sobrevivió el ataque.