SAN ANTONIO – Una acalorada y emotiva reunión fue la que se llevó a cabo en el Ayuntamiento de Uvalde después de que familiares de las víctimas de la masacre escolar rompieran en llanto al exigir respuestas sobre la investigación.
“¿Qué pasaría si fuera uno de sus hijos”, reclamó Angel Garza, cuya hijastra – Amerie Jo Garza – fue una de los estudiantes que murieron en el tiroteo masivo en la Escuela Primaria Robb este 24 de mayo.
El alcalde Don McLaughlin dijo a los presentes que no tenía nueva información qué proporcionales, pese a que testificó por alrededor de dos horas ante el comité estatal encargado de investigar la balacera.
Sin embargo, McLaughlin aseguró estar dispuesto a renunciar.
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“¿Por qué no lo despiden?”, preguntó Velma Lisa Durán, hermana de la maestra Irma García, quien también murió en la balacera. Ella se refería a Pete Arredondo, quien mantiene el cargo de concejal, pero no estuvo presente en la reunión.
Arredondo, quien también es el jefe de la policía escolar de Uvalde y estaba a cargo del operativo policial el día de la masacre, ha faltado a dos reuniones del Concilio. En caso de no presentarse a otra, el resto de los miembros del concejo podrían votar para destituirlo.
“Es aterrador ser un maestro”, añadió Durán. “Ahora quieren que los maestros estén armados. Esa es la estupidez más grande que he escuchado”.
Durante la reunión, el alcalde McLaughlin leyó en voz alta una carta donde se le advierte a él y otros miembros del concejo que podrían ser sujetos a cargos penales si revelan cualquier información sobre la investigación de la balacera.
Simultáneamente, el comité estatal investigativo estuvo escuchando en Uvalde los testimonios de más testigos de la tragedia. Esta fue la séptima audiencia por parte de este comité, que en total ha entrevistado a un total de 37 personas, incluido Arredondo y McLaughlin.