CIUDAD DE MÉXICO - Ante la mirada vigilante de los uniformados, los migrantes se aferran a su sueño de llegar a Estados Unidos.
Por ello, a pesar del operativo que México mantiene por tierra y por aire, se negaron a volver al sur del país y permanecen al lado del río, en Acuña.
"No volvemos a Tapachula, qué vamos a hacer con nuestro hijo, nuestra esposa, qué vamos a hacer con ellos, nada", afirma Willy Jean.
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Él es uno de los muchos haitianos que dejaron pendiente en Chiapas su solicitud de refugio, pero al igual que su compatriota Wilex, asegura que prefiere correr los riesgos de cruzar la frontera a seguir esperando que le den los papeles para quedare en México.
"En Tapachula está muy complicada la situación. Casi no hay trabajo, no hay nada para comer en Tapachula", dice Wilex.
El Instituto Nacional de Migración ha asegurado que a más tardar para miércoles se estabilizará la situación, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado a los transportistas a no dar servicio a los migrantes que están en tránsito de forma irregular hacia Estados Unidos.
López Obrador reiteró su intención de brindarles apoyo, pero urgió a encontrar soluciones.
"No queremos que México sea un campamento de migrantes, queremos que se atienda el problema de fondo", afirmó López Obrador.
En tanto, en las calles de varias entidades los grupos de haitianos crecen sin control. En un albergue de Nuevo León están tan llenos que tuvieron que poner carpas afuera para atenderlos.
"Está saturado, muchos duermen en este lugar, cuando hay lluvia los meto al templo o al comedor para que se resguarden del frío, de la lluvia", dice Felipe de Jesús Sánchez, fundador de Casa Indi.
Al igual que ahí, en todos los refugios del país esperan que sigan llegando más personas y familias que están decididas a no regresar a la vida de la que vienen huyendo.