MÉXICO - El gobierno mexicano avisó este miércoles que no entregará salvoconductos para que los miembros de la nueva caravana de migrantes hondureños puedan atravesar el país con destino a Estados Unidos, pero sí estudiará las solicitudes de refugio de quienes busquen quedarse en territorio mexicano.
"Simplemente no es México un país de tránsito solamente, no es un país que dé un salvoconducto, es un país que abre las puertas para incluir a las personas que quieran entrar y migrar a nuestro país, pero de ninguna manera tenemos visas de tránsito o salvoconductos", dijo ante la prensa la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
La secretaria, de quien depende el Instituto Nacional de Migración, dijo que la caravana que partió hoy de Honduras con destino a Estados Unidos está formada por unas 600 personas, que serán atendidas si desean regularizar su situación en México.
"Realmente no se reunieron la cantidad que se pensaba, son 600, y son muchas personas, pero son 600, y pensamos que si ellas quieren que México las reciba en calidad de asilo, de refugiados o quieren incorporarse con algún estatus migratorio a nuestro país (...) los vamos a atender con muchísimo gusto", expresó.
Un grupo de migrantes hondureños salió este miércoles hacia el punto de Agua Caliente, fronterizo con Guatemala, como parte de una caravana que se dirige hacia Estados Unidos después de una convocatoria hecha hace unas tres semanas a través de redes sociales.
El criterio generalizado de los migrantes es que se van del país porque hay mucha inseguridad y no tienen empleo, otros afirman que el trabajo que consiguen no les permite ganar lo suficiente para mantener a sus familias.
México
Algunos adultos van en pareja otros son familias completas, padres con niños muy pequeños, lo mismo que jóvenes menores de edad, muchos de ellos sin ningún acompañante.
En octubre de 2018, diversas caravanas de miles migrantes, en su mayoría originarios de Centroamérica, entraron en México huyendo de la pobreza y la violencia con el objetivo de llegar a territorio estadounidense.
Este flujo migratorio provocó tensiones entre el gobierno de Estados Unidos y de México que vivieron su punto máximo en junio de 2019, cuando el presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles a todos los productos mexicanos si no se reducía la migración.
Ambos países llegaron a un acuerdo por el cual el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador desplegó la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala, con lo que se ha reducido en un 60% el flujo de migrantes.