Carla se enteró que estaba embarazada al inicio de la pandemia.
Embarazada, Carla se sentía vulnerable ante el COVID-19 y como ya había atravesado por varios abortos espontáneos, su angustia aumentó cuando su médico canceló sus citas, por lo que buscó un centro de parteras certificadas.
La partería es tal vez la profesión más antigua del mundo, pero aún llena de estigmas.
“Entre COVID los números han crecido bastante aquí, simplemente porque no querían estar en el hospital donde había mucho más riesgo de entrar y la gente estaba enferma,” dijo Sandra De La Cruz, directora ejecutiva del centro de parteras Holy Family Birth Center.
Los partos fuera del hospital se han vuelto más populares, pero todavía representan solo alrededor del 1% de los partos. En 2017, 1 de cada 62 nacimientos en los Estados Unidos fue fuera del hospital.
Según estudios, de las más de 10,000 enfermeras parteras certificadas en los Estados Unidos, 350 están en Texas y se estima que casi el 90% de los servicios necesarios en un parto pueden ser proporcionados por parteras.
Este es uno de los centros de parteras más antiguo en todo el país. Existe hace 37 años y está certificado por el estado de Texas.
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“Ha sido una experiencia hermosa ir con las parteras, generar esa relación personal. Ya sé que puede ser miedoso, ¿verdad? porque hoy no hay doctores y no hay, no hay. No es hospital, pero hay mucha gente que dan a luz en sus propias casas, expresó Morehouse.
Por su parte, Annie Leone, partera certificada y enfermera afirmó que “cuando hay un nivel de alto riesgo y no es seguro tener su bebé aquí, no es seguro estar aquí, vamos a transferir al cuidado de un doctor en un hospital.”
Lo que muchos desconocen es que parteras como Annie también son enfermeras certificadas con maestría que atienden partos fuera de un hospital y están preparadas ante emergencias. Sin embargo, su trabajo es ser guía para que la mamá tenga el control sobre su experiencia.
“Te preguntan uno más como, o sea, te checan tu presión. ¿pero cómo estás la casa? ¿cómo está el estrés? ¿cómo estás sintiendo? ¿cómo están los nervios? Cosas que nunca me preguntaron antes,” compartió Carla.
Y el momento más esperado para Carla, llegó. Fue un parto en agua asistido por parteras, pero de la forma más natural. Y fue su propio esposo quien recibió a su bebé: una niña llamada Emilia Margaret que trae alegría y esperanza en medio del desastre que ha sido el COVID-19.